la primera tortuguita carey

Comienzan los recorridos nocturnos con la moto por la playa, la primera noche encontramos un rastro que había dejado una tortuga y averiguamos que no le había gustado el nido y tal como vino a las dunas, se volvió al mar.
Pero al día siguiente, ya no solo encontramos rastros, vi mi primera tortuga marina, una Carey. En realidad no me lo podía creer, era enorme tampoco sabía qué hacer ni cómo actuar, me quedé paralizada observando aquella maravilla de la vida. Pero pronto Anne me puso las pilas por que el tiempo corría y teníamos que hacer varias cosas medirla, tomar los datos sobre donde está el nido con el GPS, mirar si tiene marcas anteriores en las aletas….y demás datos. Todo cesto además con la tortuga queriendo irse hacia el mar y nosotros 2 chicas intentándola retener un poco para medirla .Increíble la fuerza que tienen podía a con nosotras, a mi incluso me tiró al suelo.
Esa no fue la única sorpresa de la noche sino que encontramos otras dos más, una de ellas estaba ya tapando su nido, pero estaba tan loca que se alejo demasiado de la playa y puso el nido detrás de las dunas donde abundan la vegetación, los depredadores de los huevos y estaba demasiado lejos para que algunos de esos huevos sobreviviera. Tuvimos que reubicarlo. Impresionante había 127 huevos, y nosotras volviéndolos a poner en otro lado sintiéndonos madres tortugas y sembrando en la arena vida, que bonito!!